INMERSIÓN DIARIA Sabado | M03. Las Obras de la “Profetisa” Jezabel

La inmersión en la Palabra es profetizar unos a otros. En este nivel de profecía, todos los miembros del Cuerpo de Cristo deben profetizar. Todos podemos y debemos profetizar para exhortación y consolación, pero este profetizar proviene de la misma palabra profética que fue inspirada por Dios (1 Corintios 14: 2-5, 26, 31).
Generalmente, las personas que el Señor llama, son aquellas que no creen tener condiciones para ser usadas. Por eso, no discutas posiciones, solo acepta dónde te ha colocado el Señor. De la misma manera que una mano y una boca son fieles en su función, el miembro del Cuerpo de Cristo que es fiel recibirá recompensa. (Éxodo 3:1-14; Jeremías 1:4-10).
Con respecto al pueblo de Dios, la iglesia, Dios tiene una dirección, un solo hablar y Su boca está representada por un canal, que no es sólo individual. Este canal tiene una procedencia individual, pero tiene una extensión colectiva. Muchos hermanos son profetas como una extensión de la boca del Señor, que hablan lo que ella habla. Somos uno y no se añade nada, ni se quita nada. (Números 12:6; 9:23; 2 Timoteo 2 :2).
“Un pueblo que no acepta la revelación del Señor es una nación sin orden. El que obedece la Palabra de Dios es feliz”. (Proverbios 29:18 KJA). Vemos, entonces, que la revelación de Dios, venida por la palabra profética, genera orden y el encabezamiento de Cristo. Obedecer esta revelación nos hará un pueblo feliz. (Alimento Diario, Libro 2, Semana 3, Sábado, p. 52).