- ¡Somos la nueva creación! No nos quedemos estancados en el pasado, en viejas costumbres y experiencias. Seamos como niños, aprendiendo a ser sencillos como adolescentes. Sólo así el Espíritu no encontrará obstáculos en nuestra mente y hará lo que Él desea (Mateo 18:3; 2 Corintios 5:17).
- Si no nos liberamos de la vieja creación, no le daremos al Señor la libertad de moverse a través de nosotros, como los cuatro seres vivientes. ¡Démosle al Señor libertad para actuar! (2 Corintios 5:17; Gálatas 6:15)
- El Padre y el Hijo viven en total felicidad. Aunque es autosuficiente, Dios se interesa en invitar al hombre a participar en dicha felicidad. Aún con la rebelión humana y la degradación de la iglesia, Él no desiste de Su plan: a través de la santificación por Su Palabra, Dios introducirá al hombre en esta maravillosa unidad y felicidad plena (Proverbios 8:12, 22-24, 30-31; Juan 10:30; Apocalipsis 21:3)
- “La palabra de Cristo se basa en el amor, y el resultado es que esa misma palabra nos une. El amor es el único elemento capaz de unirnos y edificarnos juntos. Seguir la verdad en amor es suficiente para preservarnos y hacernos crecer en Aquel que es la cabeza, Cristo, y llevarnos a ser gobernados por Él”. (Alimento Diario, Libro 1, Semana 4, Sábado, pág 69).