El Señor continúa usando al hombre para ser Su canal dispensador. ¿Cómo sabemos que el canal fue de hecho establecido por Dios? Verificando si la palabra que él habla se cumple en la obra de Dios. ¡Vemos la palabra profética en medio de nosotros por los milagros que se han hecho en nosotros! (Apocalipsis 1:1; Hechos 9:15; Juan 5:36).
¡Cristo necesita morar en nuestro corazón, lo que ocurre a través de la palabra profética! Sólo de esta manera puede Cristo ser dueño de nuestra mente, voluntad y emoción en la práctica. ¡Gracias a Dios por la inmersión, que inculca la palabra en nuestro corazón! (Colosenses 3:16; Deuteronomio 6:5-6).
Necesitamos vivir juntos, como miembros del Cuerpo de Cristo, para darnos cuenta de las dimensiones de Cristo. Cuando nos sumergimos en la palabra, escuchamos los mensajes y predicamos el evangelio juntos, terminamos creando un tejido de amor entre nosotros (Efesios 3:17-19).
“En el momento que creyó y aceptó a Jesús, el Espíritu lo bautizó, lo sacó del hombre caído y lo introdujo como miembro en el Cuerpo de Cristo. Fue un hecho espiritual invisible: ¡usted se convirtió en miembro del Cuerpo de Cristo!” (Alimento Diario, Libro 2, Semana 7, viernes, pág 119).