- Todo fue preparado por Dios para recibir al hombre en la tierra. Él creó todo el ambiente para que el hombre pueda nacer y sobrevivir. El hombre fue creado por Dios para sojuzgar la tierra (Génesis 1:26).
- En el sexto día las obras de la creación terminaron y en el séptimo, Dios descansó. Dios prepara todo para que el hombre entre en el descanso de Dios. Por eso, nuestro trabajo es creer en la palabra y ella hará la obra (Génesis 2:1-3; Juan 6:67-69).
- Abel trabajó bajo el principio del descanso, pero Caín se esforzó. En la obra de Dios no podemos seguir el principio de Caín. Vamos a dejar que la palabra trabaje (Génesis 4:1-6; Éxodo 33:14).
- Si queremos ser confiables delante Dios, necesitamos permitir que Su palabra trabaje en nosotros y Cristo habite en nuestro corazón, llenando los espacios vacíos, porque aún tenemos muchos espacios sin realidad espiritual, llenos de elementos de la vieja creación. (Alimento Diario, Libro 3, semana 2, viernes, pág. 34).