INMERSIÓN DIARIA Viernes | Mens. 03 – Las dificultades enfrentadas por los apóstoles

  1. Así como la sangre remueve las toxinas de nuestro cuerpo humano, la Palabra de Dios está haciendo este trabajo en nosotros: lavándonos y quitando todas las toxinas del viejo hombre, de la vieja creación, de la ambición y la contienda por cargos (Efesios. 5:26-27).
  1. El Señor quiere presentar una Iglesia gloriosa, sin mancha, ni arruga o algo parecido, sino santa y sin mancha. Para ello, Él quiere quitarnos todo concepto de posición, disputa, popularidad o fama, y llenarnos de Su vida para ser la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (Efesios 1:22-23; 5:26-27).
  1. Sólo hay una voz de comando. El Señor habla y tenemos comunión con base en lo que Él habló. Esta comunión no pretende convertirnos en oradores de buenos mensajes, sino ejecutores de la orden, porque la palabra de Dios siempre es una orden (Hechos 2:42).
  1. Cristo es capaz de unir todas las partes en un todo. Para que esto suceda, Él necesita ser la cabeza sobre todas las cosas. Lo que une, de hecho, es el amor de Dios. El amor de Dios es lo que, de hecho, une todos los elementos – divinos y humanos – que componen la nueva creación. (Colosenses 1:16- 17; 3:14) (Alimento Diario, Libro 2, Semana 1, viernes, p. 19).

 

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