- La resurrección de Jesús mostró que su obra como hombre fue aprobada por Dios. Su humanidad, entonces, fue introducida en la gloria. ¡Dios quiere hacer lo mismo con usted! (2 Pedro 1:16-18; Hechos 2:22-4, 27; Hebreos 2:5-10; 2 Timoteo 2:15; Juan 5:28-29)
- El requisito para ser aprobado por Dios es éste: no llevar a cabo la obra por cuenta propia, sino permitir ser utilizado como un instrumento para que Dios obre a través de uno. Jesús fue aprobado, porque siempre buscó hacer la voluntad del Padre (Juan 4:34; 5:19; 2 Corintios 3:4-5; Filipenses 2:5- 11).
- Mediante la muerte y resurrección de Jesús, Dios pudo engendrar muchos hijos. Dios se convirtió en nuestro Padre. Por eso, proclame todos los días: “¡Yo soy el hijo de Dios y él es mi Padre!” (Hechos 13:33; Juan 1:12; 12:24; Hebreos 1:5-6; Colosenses 1:18).
- El evangelio que Pablo anunció fue una palabra profética, no fue un hablar según el hombre. Pablo fue fiel a Dios, según la revelación que el Señor mismo le dio. Un apóstol no es designado por el hombre, sino que es enviado y llamado por Dios mismo (Galatas 1:1, 11-12) ( Alimento Diario, Libro 6, Semana 1, viernes, p. 17 ) .