INMERSIÓN DIARIA Viernes | Mens. 24 – Simón, pastorea mis ovejas

1.El Señor quiere tener un nuevo comienzo  entre  nosotros:  primero,  la palabra profética hace arder nuestro corazón y, segundo, tiene  que cumplirse, porque es la  palabra  que sale de la boca del Señor. Hoy, Jesús quiere hablarle, ¡así que abra  su corazón y déjelo entrar! (Juan 21:1-9; 2 Pe 1:19; Hebreos 3,7-11). 

  1. ¡El Señor ya lo ha preparado todo! Él se  preocupa  por   nosotros, especialmente  si  le  servimos.  El sustento nunca será un problema en la presencia del Señor. Si el Señor nos ha llamado a la obra de Dios, Él proveerá para nuestro sustento  (Juan  21:1-9; Mateo 6:25-34; Sal 127:2; 1 Corintios 15:58; Filipenses 4:10-20).
  1. No valoremos más la ropa que el cuerpo, ni la comida más que la vida. Somos hijos de  Dios  y  tenemos  un Padre  que  se  preocupa  por  nosotros. Así que, tengamos un  corazón  para buscar Su reino y Su justicia y para ofrecernos a Él, porque, si somos generosos con el  Señor,  Él  será generoso con nosotros. ¡Gracias a  Dios por  este  don  inefable!  (Mateo  6:19-20, 25-34; Malaquías 3:10; 2 Corintios 9:6-15).
  1. Para romper con los conceptos terrenales del hombre, es necesario nacer de otro reino, el reino de Dios, donde no hay limitaciones. Los nacidos de lo alto pueden ser guiados por el Espíritu de Dios (Juan 3:3-8; 1 Corintios 2:14) (Alimento diario, Libro 1, Semana 2, viernes, p. 33).

 

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