1.En el mundo en que vivimos hay una estructura de autoridad, porque no hay vida, diferente del gobierno divino. Dios restaurará Su reino en vida a través de la iglesia. En ella, todos los miembros son comandados por la cabeza, ¡a través de la palabra! Esto es lo que Dios quiere restaurar entre nosotros (Mateo 20:21-25).
2.Dios nos creó para someter todas las cosas bajo nuestros pies, pero aún no estamos en condiciones de hacerlo. Por eso Dios envió a Cristo, el cual se despojó a Sí mismo, tomó forma de siervo, se hizo hombre y fue coronado de gloria y de honra. ¡Él, como el Hijo Primogénito, está guiando a muchos otros hijos de Dios a la gloria! (Hebreos 2:9,11,14-16)
3.Dios quiere llevarnos a la gloria, que es Él mismo, pero para hacerlo primero debemos pasar por el proceso de santificación en la verdad. La palabra que nos santifica también nos lava, trabajando para insertarnos en Dios y, una vez insertados en Él, experimentar una unidad orgánica, nunca vista entre los seres humanos. (Juan 17:6-11,21-23).
4.Mientras uno se tenga a sí mismo en alta estima, nunca podrá amar a nadie más que a sí mismo. Por lo tanto, “lavar los pies” no es un simple ritual, sino que es humillarnos y así aprender a amarnos los unos a los otros. (Alimento Diario, Libro 4, Semana 2, viernes, p. 33).