- “Hijitos, ya es el último tiempo” (1 Juan 2:18a). Llegamos a un momento crucial de la batalla, pues Dios quiere establecer el reino que es gobernado por Su vida. Él quiere alertarnos sobre el momento en el que vivimos, la última hora, que está relacionada con la venida del Señor. Sin embargo, el enemigo utiliza sus armas para causar bajas y daños a la Iglesia. Que sepan las huestes espirituales del mal que nuestro Señor regresará y tomará posesión de Su reino (Lucas 19:12-15). Así que tenga muy claro de qué lado está usted. Yo deseo estar en la Iglesia que hace la voluntad de Dios y no quiero sucumbir a la voluntad del mundo (Mateo 25:31-34).
- Poco antes de la venida del Señor surgirá el anticristo, un hombre poderoso que hará pacto con los pueblos y traerá paz y orden al mundo durante 3 años y medio (Daniel 7:24-25; 9:27; 11:36-37). Pero cuando digan: paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, la gran tribulación (1 Tesalonicenses 5:3). Todo esto sucederá, pero la fiesta del enemigo terminará. Nosotros, los vencedores, el Hijo Varón, la parte fuerte de la Iglesia que lucha por Su reino, seremos arrebatados hasta el trono de Dios (Apocalipsis 12:5).
- Anticristo es aquel que se opone a la voluntad de Dios realizada en la Iglesia. Son falsos espirituales que toman forma de piedad (2 Timoteo 3:5) para engañar a la gente con el fin de lograr sus objetivos personales de popularidad y poder. Estos salieron de nuestro medio porque rechazaron la palabra de vida (1 Juan 2:18-19). El enfoque del libro de Juan es la Palabra de vida, que trae vida eterna y produce, en quienes creen, la comunión de vida. Ante los ataques, es muy importante permanecer en la comunión de vida. Para eso tenemos la unción (1 Juan 2:20). Cuando el Espíritu nos guía a la verdad, la unción nos unge y empezamos a tener paz. Si comenzamos a actuar sin la unción, es mejor parar.
- En esta batalla, necesitamos resistencia y resiliencia emocional, ya que el enemigo difundirá muchas mentiras contra nosotros. Que el Señor nos fortalezca a través de Su palabra. Vamos a permanecer en lo que oímos desde el principio, la Palabra de vida, que viene por medio de Juan y nos introduce en la comunión del Padre y de Su Hijo, Jesucristo (1 Juan 1:1-4). Esta es nuestra salvación. No somos lo suficientemente fuertes para luchar contra el mentiroso, pero si permanecemos en la Palabra de vida, en la palabra de los apóstoles y en la comunión de vida, seremos salvos de muchas aflicciones y venceremos al maligno. No caeremos en combate, sino que permaneceremos firmes, ya que tenemos hermanos a nuestro lado que nos apoyan. Sigamos juntos en la batalla a fin de hacer que Cristo tome posesión de Su reino (1 Juan 2:23-24).
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