- Nosotros estamos locos y felices, porque lo que hoy vivimos en la iglesia es inédito. Jamás en la historia de la iglesia ocurrió algo parecido. Pero, por más que estemos viviendo en este tiempo, aún no estamos satisfechos, porque nuestra misión es traer al Señor de regreso, queremos ser arrebatados vivos! (Salmos 126:1-3; Isaías 35:8)
- Los cónyuges tienen muchas expectativas y sueños con relación al matrimonio, pero, fuera del propósito original de Dios, es como un vino que se acaba. Por eso, siempre invite a Jesús y a Sus discípulos a su matrimonio, para que él tenga sentido y cumpla su objetivo: hacer la voluntad de Dios. Cuando el vino se acaba, cuando somos llevados al límite, Jesús comienza a actuar (Génesis 1:26-28; 2:18 ,23-24; Efesios 1:9-10; Mateo 24:38-39; Lucas 17:29-30; Mateo 12:50; Juan 2:1-11; 2 Timoteo 3:10).
- No debemos acomodarnos en nuestra vieja estructura en el servicio al Señor sin dar total atención a la palabra viva que sale de la boca de Dios y seguir con sencillez, dando libertad al Espíritu de hacer milagros y señales, totalmente fuera de nuestra mente convencional (Juan 2:2-12).