INMERSIÓN Jueves | Mens. 06 – La degradación de la Iglesia a lo largo de los siglos

  1. Cuando estamos en el desierto, no nos queda nada más que depender de la palabra que sale de la boca de Dios y vivir de acuerdo con ella. No hay atajos ni capacidad propia, ni siquiera provisión humana para el sustento. Solo tenemos la palabra, ¡y eso nos basta! Esta es la vida que Dios nos enseña a vivir (Deuteronomio 8:1-3; Exodo 19:1, 5-6; Mateo 4:4).
  2. La palabra profética es inconfundible: ¡Dios mismo es quien lo hace realidad! Ella Gobierna nuestra vida diaria como una voz de comando de Dios. ¡Reciba la palabra profética! (Deuteronomio 18:15-22).
  3. A Cristo se le dio la misión de llenar la iglesia con realidad y, a través de ella, encabezar todas las cosas. Los que hoy profetizan lo hacen por medio de Cristo, porque Él es el que habla (Hebreos 1:1-2; Efesios 1:9-10).
  4. “Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.” (Juan 10:4). Esto es lo que está sucediendo actualmente. Seguimos porque reconocemos la voz del propio Señor hablando Su palabra profética (1 Tesalonicenses 2:13). Seguimos la palabra porque, cuando la escuchamos, escuchamos la voz del Pastor y Lo identificamos como el Señor que hablando”. (Alimento diario, Libro 2, Semana 4, jueves, p. 64).

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