Palabra ministrada por el hermano Pedro Dong, transmitida por el Instituto Vida para Todos, directamente desde el Auditorio de la Iglesia en Belo Horizonte/MG, el 13/08/2023. Texto no revisado por el autor.
Juan 1:1, 1:48-51
- Todo el evangelio de Juan está resumido en el primer capítulo, que comienza con la Palabra en el principio y se refiere a la eternidad pasada. Cristo es la palabra desde antes de la creación, y la palabra se refiere a la voluntad que Dios tiene de comunicarse. Nuestro Dios vive en la eternidad y es muy rico, ilimitado de riquezas insondables, Él desea comunicarse con la criatura que crearía. El hombre es el representante máximo de Su creación: fue hecho a Su imagen y semejanza para que Dios se comunicara con él.
- Dios no está aislado, pero quiere comunicarse por medio de la Palabra, cuyo objetivo es dispensar Su vida al hombre. De la Palabra, Cristo, viene la vida. Jesús tuvo que hacerse carne, vivir en la tierra, morir en la cruz para nuestra redención y derramar agua, que dispensa vida a nosotros. Esa vida tiene el propósito de engendrar a la iglesia! En la iglesia, la vida continúa siendo suplida para que haya una edificación completa.
- La iglesia es Betel – la casa de Dios, la puerta de los cielos. El sueño de Jacob es el último versículo de Juan 1. Hoy Jesús está en la iglesia siendo la escalera de comunicación con el cielo; Él logra llevar a Su iglesia al cielo, pues solamente en ella tenemos esa puerta! La palabra transmite vida, y la vida es para edificación, la cual lleva a la iglesia al cielo.
Ezequiel 1:4-15; 1 Corintios 12:12
- Los cuatro seres vivientes representan a la iglesia, como resultado final del dispensar de vida por medio de la palabra, hasta que Cristo tome por completo cada parte del Cuerpo: los cuatro seres vivientes son el propio Cristo. Dios necesita satisfacer esa condición, para hacer Su voluntad de terminar esta era. El Señor cuenta con nosotros para dejar que la palabra habite en nuestro corazón, permitiendo que Cristo nos llene hasta la plenitud de Dios. Así, Él podrá usarnos como los cuatro seres vivientes, que están aptos para hacer Su voluntad.
- Los cuatro seres vivientes tienen cuatro rostros, que representan cuatro aspectos que la iglesia debe tener para cumplir la voluntad de Dios:
o Hombre: Debemos servir al Señor como hombre, representante de toda criatura, pues es la única criatura que fue hecha a la imagen y semejanza de Dios y con Su aliento de vida.
o León: Necesitamos tener a Cristo, el león, como cabeza. Él nos dio Su autoridad de león para establecer Su reino.
o Buey: Debemos tener el aspecto de siervo, Cristo no cuestionó nada de lo que Dios preparó para Él en esta tierra, sino que obedeció sin reclamar. Nuestra postura debe siempre ser de siervos, que no buscan elogios y alimento al ego para exaltación (Lucas 17:7-10), nuestra postura es de siervos que no tienen derecho a elogios.
o Águila: Dios está en la altura y la eternidad. Como águila, Él nos lleva a lo alto, saliendo de la dimensión física limitada por el tiempo y espacio (Éxodos 19:4; Isaías 57:15; Colosenses 3:1-4). Nosotros ya morimos para lo que es terrenal – la vida cristiana no es para ser vivida en la esfera de la tierra, preocupándonos por lo que vamos a comer, beber, vestir o con las cuentas por pagar, sin embargo debemos estar en lo alto, en la esfera de la resurrección.
Ezequiel 1:6-11, 23-25; 1 Corintios 12:12
- Cada uno de los cuatros seres vivientes tenía cuatro rostros y cuatros alas, dos alas se abrían y otras dos cubrían sus cuerpos. Las dos alas superiores estaban extendidas, una hacia la otra. Cada uno usaba dos para volar, y mientras caminaban, Ezequiel escuchó el rugido de muchas aguas, como la voz del Omnipotente; él escuchó un tumultuoso estruendo, como el tropiezo de un ejército. Cuando se detenían, bajaban sus alas. Considerando que los cuatro seres vivientes representan al Cristo corporativo, Cristo con los miembros de Su Cuerpo llenos de Él y bien coordinados por Él, podemos extraer luz de este pasaje.
- De las cuatro alas que los seres vivientes poseen, dos alas son usadas para volar y eran extendidas, una hacia la otra. Eso significa que volamos coordinadamente, en comunión! Como cuerpo, no tenemos acciones individuales, obras propias. Para hacer la voluntad de Dios, necesitamos confiar los unos en los otros y volar juntos.
- Las dos alas que cubren el cuerpo son para ocultarnos, y no para estar mostrándonos como capaces ante los demás, pues no queremos que el individuo aparezca, sino el cuerpo de Cristo. En la iglesia en Filadelfia, todo es para el cuerpo y su beneficio! Debemos ocultarnos bajo la gracia de Dios y no exhibir nuestra habilidad, estatus o experiencia.
- Cada ser caminaba hacia adelante, ellos nunca retrocedían! Para hacer la voluntad de Dios, no retrocedamos. El enemigo quiere que retrocedamos, pero no lo haremos, ¡vamos hacia adelante! Ellos andaban como una brasa, quemando – los cuatro seres vivientes son como antorchas! Gracias a Dios tenemos a nuestros adolescentes que son como esas antorchas que encienden los leños. Los seres seguían al Espíritu y zigzagueaba, tal cual como nosotros en las calles, y buscan a los que están con un corazón abierto para dispensar vida. Podemos encontrarnos con varios corazones duros, pero zigzagueamos en busca de los que tienen un corazón como una buena tierra!
Ezequiel 1:22-28
- Los cuatro seres vivientes están debajo del cielo, el cual está debajo del trono. En el trono, al cual los seres se someten, estaba sentada una figura semejante al hombre. Jesús está en este trono, Él es la cabeza de la iglesia que conecta todo! Somos gobernados por Dios y recibimos Su orden por medio de la palabra profética! cuando los seres caminaban, se oía un tumultuoso estruendo, como el tropel de un ejército. Nosotros somos tropas y capitanes de ese ejército para conquistar la tierra para el Señor.
- De la manera tradicional no lograríamos entregar la tierra al Señor, pero gracias a Dios, Él cambió nuestra suerte y estamos alcanzando la realidad de los cuatro seres vivientes, encabezados por Cristo, para hacer la voluntad de Dios. Cuando termine esta era, seremos sencillos y obedientes a la palabra.
Apocalipsis 4:1-5
- Juan confirma en su visión que la iglesia es una puerta al cielo, donde está Cristo, la escalera! Necesitamos ver esa puerta abierta en el espíritu, por medio de la voz que dice “sube”. No nos quedemos en la esfera terrenal, quejándonos, ¡sino simplemente subamos! Dejemos de tener una visión de hormiga, para tener una visión de águila.
- En la visión de Juan, él también vio el trono, de donde salían relámpagos y delante del cual ardían siete lámparas de fuego. Dios no está pasivo, satisfecho con la situación del hombre, Él quiere expandir Su fuego, hacer que Su Espíritu actúe en toda la tierra para establecer el reino! Él quiere traer el evangelio del reino a todos para encabezarlos en Cristo!
Juan 1:1; Ezequiel 1:10; 10:14-17; Éxodos 19:4; Deuteronomio 32:9-11; Proverbios 30:18- 19; Isaías 40:31
- El evangelio de Juan nos lleva a lo alto, para una visión de águila. El Señor guio y llevó al pueblo de Israel sobre sus alas hasta Él (Deuteronomio 32:9-11). No necesitamos fatigarnos para hacer la voluntad de Dios, podemos realizarla siendo sencillos, creyendo en la palabra profética y así trabajar para Dios sobre las alas de águila, que nos llevan. No necesitamos infartarnos y entrar en depresión por los servicios; si eso ocurre, debemos percibir que estamos sirviendo de forma errada. Solamente estamos alegres y energéticos, aun en medio de las dificultades, porque estamos sobre las alas del Señor!
- Nadie entiende el camino del águila en el cielo (Proverbios 30:18). El águila no se casa al volar, pues ella sabe encontrar y aprovechar el aire ascendente en los lugares correctos, para permanecer planeando en lo alto – así es nuestro Dios, que no se cansa ni se fatiga! El camino de Dios es diferente al camino del hombre, por eso necesitamos seguir donde el Espíritu nos quiera llevar! Confiemos en el Señor con Su trabajar y dirección, no nos quedemos cuestionando, pues, diferente al Señor, no vemos dónde está el aire ascendente que nos lleva hacia lo alto.
- El Señor nos quiere llevar fuera de la caja y nos trajo la inmersión y los gritos de guerra. Podemos estar en nuestra mente rehusándonos a aceptar tales cosas, porque hace diez años la iglesia era tranquila y sin perturbaciones. Seamos sencillos y obedientes para seguir de acuerdo con la dirección del Espíritu! Si no avanzamos, nunca traeremos al Señor de vuelta. Hoy estamos alcanzando varios países y los adolescentes y jóvenes están funcionando cada vez más como frutos de esa obediencia. No podemos limitar lo que el Espíritu quiere hacer por culpa de nuestra mente.
Isaías 40:26-31
- No estamos en la tierra para buscar reconocimiento de nadie, ni exigimos eso de Dios; estamos aquí para ser Sus siervos fieles (Isaías 40:27). Seamos sencillos y obedientes, sin estar analizando la voluntad de Dios, y el Señor nos dará fuerza y vigor. Algunos no creen la alegría que las iglesias están disfrutando. Esa alegría es verdadera, el Señor nos ha dado esa fuerza y felicidad! Recuerdo los agotadores viajes en que acompañé al hermano Dong, y cómo siempre tenía la energía para servir en la obra. “Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” (Isaías 40:30-31). Nuestros colportores no quieren parar, ellos quieren trabajar la semana entera, pues esperan y renuevan sus fuerzas en el Señor!¡Ellos suben a esas alas de águila! Esa debe ser la experiencia de todos.
Juan 1:1; 17:5; 1 Juan 1:1; Efesios 1:4; Proverbios 8:23; Salmos 90:2; Efesios 1:10
- El “principio” mencionado en el primer capítulo del evangelio de Juan, comienza en la eternidad pasada, antes de la creación del mundo, revelando Su existencia absoluta (Juan 8:58), anterior a cualquier creación; Él ya existía antes del tiempo. El principio en Génesis 1:1 se refiere al inicio del tiempo, cuando Dios creó todas las cosas, cuando empezó a contar el tiempo. El tiempo solamente termina en la “dispensación de la plenitud de los tiempos” cuando Cristo encabece todas las cosas, tanto las de los cielos como las de la tierra, o sea, en el final del milenio, cuando Satanás, la muerte y el Hades sean lanzados hacia dentro del lago de fuego. Después de eso, iniciara la eternidad futura, con un nuevo Cielo, nueva Tierra y nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:1-2)! El tiempo dejará de existir, porque Dios consiguió cumplir Su voluntad, que es hacer que Cristo encabece todo! El tiempo aún está corriendo porque no todo ha sido encabezado. Debemos trabajar para que el tiempo valga la pena; cada minuto que pasa permitamos que Cristo nos encabece, quite de nosotros la desobediencia y nos use para sacar a otras personas de la influencia del espíritu de desobediencia.
Efesios 1:22-23; 3:17-19
19.El tiempo existe para que Dios pueda hacer Su voluntad, que es hacer que Cristo encabece todas las cosas que Él creó por medio de la iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, Su nueva creación, la cual es la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Primeramente necesitamos ser encabezados por Cristo, siendo llenos de Él mismo por medio de la Palabra (que es Él mismo), la cual nos trae vida! Cristo llenará a todos los miembros del Cuerpo consigo mismo, hasta que lleguemos a ser la plenitud de Dios.
- Dios comienza a hacer ese trabajo de encabezamiento haciendo habitar Cristo en nuestro corazón. Primeramente necesitamos dejar que Dios gobierne nuestra mente y habite en nuestros pensamientos, voluntad y emoción. Eso es hecho por medio de la palabra, por eso la inmersión es tan importante! A través de ella estamos inculcando la Palabra, al propio Dios y Su vida en nuestros corazones. Con el tiempo, seremos totalmente gobernados por Cristo! Llegará un momento en que, a través de la iglesia, Él podrá encabezar todas las cosas y castigar toda desobediencia. En el final, todo en el universo estará debajo de Él!
- Esa es nuestra responsabilidad como iglesia. Fuimos los primeros en recibir. la palabra como vida, estamos siendo edificados, llenados por Cristo por nuestro trabajar juntos, y traeremos al Señor de vuelta. ¡Vamos a finalizar el tiempo y traer la eternidad futura!