Palabra ministrada por el hermano Pedro Dong, transmitida por el Instituto Vida para Todos desde São Paulo, Brasil, el 05/02/2023. Texto no revisado por el autor.
- Estamos viendo las revelaciones de la palabra de Dios a partir del libro de Colosenses. Empecé a hablar del libro de Colosenses con mucho temor y temblor, porque no estoy aquí para dar otro estudio bíblico más. Nuestra función es: al final de los tiempos, traer una palabra que viene directamente de Dios, traer Sus revelaciones a Su iglesia, con el fin de llevar a cabo lo que queda por hacer y completar la voluntad de Dios en esta recta final. Si el Señor no revela, yo no tengo nada que hablar. Colosenses, por una parte, es un libro muy rico y elevado; pero, por otra, es un libro muy difícil de tratar, sobre todo para hacer que esta palabra sea práctica en nuestro vivir. La palabra revelada en el libro de Colosenses da la preeminencia a Cristo como Su punto principal. En aquella época, Cristo fue comparado con muchas cosas, principalmente con los ángeles; pero el autor de Colosenses quiere mostrar que Cristo es superior a todo, que fue El conector de toda la obra de Dios y de la creación con el Creador. ¡La superioridad de Cristo es incomparable!, Él es el protagonista de la creación y de la obra de Dios.
- Por Su soberanía y providencia, Dios nos hizo entrar, primeramente, en el libro de Efesios, porque sin tal libro, no tendríamos la condición de entrar en el libro de Colosenses de una manera más práctica, para entender lo que Dios quiere hablar hoy a través de ese El libro de Efesios muestra el dispensar de Dios por medio de Su gracia, fluyendo a la Iglesia como un río. Este libro nos revela que Dios, cuando creó al hombre, lo creó a Su imagen y semejanza. A fin de que el hombre cumpliera Su voluntad, que es, después de haber comido del árbol de la vida, elevarlo al nivel de la nueva creación para poder hacer la voluntad de Dios. Cuando Él creó al hombre dijo: muy bien; en otras palabras, al nivel de la creación, el hombre estaba conectado con Dios, con la realidad misma del universo. No hay una segunda verdad en el universo. Sin Dios no hay realidad. Cualquier cosa que el hombre necesitara, Dios, como la verdad misma, podía suministrársela.
- En física, existe el principio de los “vasos comunicantes”, hidráulica, en la que tienes un vaso a cada lado. El recipiente de la izquierda está vacío y el de la derecha lleno; si conectas estos dos recipientes mediante un tubo, el volumen que hay en el recipiente lleno, poco a poco, pasará al recipiente vacío. Cuando se comunican, ellos comparten; lo que hay en uno pasará al otro. Este vaso lleno es Dios, de volumen ilimitado, con toda la realidad del universo (amor, luz, justicia, santidad, gloria, virtudes humanas – mansedumbre,longanimidad, etc.). Entonces, cuando Dios conectó en la creación al hombre, Él comenzó a proveer/comunicar todo lo que Él tiene para el hombre. ¡Qué preciosidades la conexión! Por supuesto, si te comunicas con alguien que es pobre en realidad, compartirás esa pobreza; pero si te comunicas con alguien que es rico como Dios, compartirás con él todas sus riquezas.
- Dios no sólo está interesado en comunicarse con el hombre en el nivel de la creación, porque en este nivel, Dios proveerá todas las necesidades del cuerpo del hombre, como lo hizo al crear los árboles en el jardín y el hombre vivió por la palabra de Dios. En este caso, Dios sólo necesitaba cuidar del alma del hombre para que éste no tuviera carencias y entrara en depresión, es decir, en todo tipo de problemas del alma. Pero Dios no quiere sólo eso, Él quiere conectar el hombre al nivel de la nueva creación, esto es, al nivel espiritual. Por esto, Dios colocó en el Jardín del Edén un árbol de la vida, y cuando el hombre comiera de él, recibiría a Dios mismo como vida en el plano espiritual, recibiría a Dios en su espíritu. Dios crearía entonces una nueva creación: espiritual y celestial.
- Sin embargo, el hombre cayó en el engaño del padre de la mentira, que vino en forma de serpiente poniendo en duda la palabra de Dios. La intención del enemigo es llevar al hombre a la esfera de la mente, que se convierte en el terreno de la serpiente. Por la transgresión de la palabra de Dios, hubo una desconexión. La desconexión se produjo antes de que entrara el pecado; la transgresión hizo que se desconectara y el pecado pudiese entrar y así, la muerte entró en el La desconexión con la verdad misma de este universo creó un vacío de la nada. Cuando te desconectas de la realidad, no tienes nada. Entonces el padre de la mentira (Juan 8:44) llenó al hombre de pecado y de toda clase de impurezas e injusticias.
- Por eso, cuando sales a la calle a predicar el Evangelio, encuentras a mucha gente vacía, sin sentido de la vida, que se da cuenta de que la vida humana es sólo vanidad, es correr tras el El hombre necesita reconectarse con Dios. Pero a causa del pecado, el camino hacia el árbol de la vida en el jardín fue cerrado para el hombre. Gracias a Dios, aquel río del jardín del Edén que fluía para regar el jardín no se detuvo allí (Génesis 2:10); salió de allí y se dividió en cuatro brazos, que son una nueva oportunidad para reconectar al hombre con Dios. ¿Cómo esto aconteció? Cristo vino, vivió aquí como hombre, murió en la cruz por nuestra redención y, en su resurrección, se convirtió en el Espíritu que da vida. A partir de entonces, todo hombre que creyese, nacería como hijo de Dios y el Espíritu entraría en él como una fuente que brota para la vida eterna, como ríos de agua viva haciendo de él un canal para fluir hacia los demás. Este río de gracia estaba en el libro de Efesios (1,3); Dios de nuevo se ofrecía de nuevo al hombre por medio de la gracia. No tenemos que hacer nada, sólo creer. Ese acceso a Dios que perdimos en Adán, lo recuperamos en Cristo. De ahí la importancia de Cristo en Colosenses.
- A nivel de la nueva creación, fuimos reconectados con Dios al creer en Él. Nuestro espíritu nació de nuevo, ganó la vida de Dios, nuestro espíritu reconectado con el Espíritu (Juan 4:24). Sólo nosotros somos de tres partes: cuerpo, alma y espíritu. El espíritu fue reconectado, pero nuestra alma es aquella que recibió todos los daños de la desconexión con Dios: ira, discordia, contiendas, celos, prostitución… Así que Dios necesita llenar nuestra alma con Su Esa es la obra de Dios revelada por el libro de Efesios y esa es la línea en la que entraremos al libro de Colosenses. Así, el libro se vuelve práctico. A partir de ahí, nuevamente, entran los vasos comunicantes– sólo que a nivel de la nueva creación. Dios es el manantial profundo con riquezas infinitas, y ahora se reconectó conmigo en el nivel del espíritu, pero todavía tengo un alma contaminada; así que Dios va a comunicarse, llenar de nuevo con el río de la gracia para trabajar en mi alma, a través del Espíritu. El Espíritu es el canal para trabajar en mi alma. Por esto, dice en Efesios: habite Cristo en vuestros corazones (Efesios 3:17).
- El espíritu ya está conectado con Dios, pero necesitas invitarle a entrar en tu Tu mente está llena de vanidad, ama el mundo, la moda, la riqueza, el placer del pecado… esa mente necesita ser renovada por el fluir del río de la gracia. ¿Y cómo el río de la gracia consigue fluir hasta ti para saturarte de la realidad de Dios? La palabra es el vehículo, tal como la sangre que fluye por las venas a través de los vasos sanguíneos. Estás vivo porque existe un torrente sanguíneo que alimenta cada célula de tu cuerpo. Eso viene de los vasos comunicantes, eso viene de Dios. Él envía de sus riquezas desde el río de la gracia a través de la palabra. Y la palabra, como un torrente sanguíneo, lleva a cada célula del cuerpo los nutrientes espirituales. Ese es el proceso: los alimentos que se ingieren pasan por los intestinos, que separan los nutrientes de esos alimentos y los envían al torrente sanguíneo y éste, como vehículo, los hace llegar a todas las células.
- Sólo que, para hacer combustión, no sólo necesita el alimento, sino también oxígeno. Los pulmones suministran el oxígeno al torrente sanguíneo. El torrente sanguíneo es la palabra. Cada célula de tu cuerpo está ávida de los nutrientes y el oxígeno que provienen de la Deberías tener la misma actitud ávida: ¡Sí, aquí viene el nutriente! ¡Aquí viene el oxígeno! El torrente sanguíneo también realiza otro trabajo: tiene que sacar los desechos de cada célula; eliminar las toxinas, las partes que ya no son útiles para el organismo. Después, el propio torrente sanguíneo se lleva dichas toxinas y, filtradas por los riñones, son eliminadas por el organismo. La palabra está trayendo nuevos nutrientes y oxígeno, te está transformando con la nueva dieta, te estás convirtiendo en otra persona. La palabra también te lava, te purifica, te quita las toxinas del viejo hombre, de lo que el diablo colocó. Es un proceso largo, pero está ocurriendo en nosotros.
Efesios 3:19; 5:26
- Dios no te limpia de una vez y para después llenarte, porque queda un espacio vacío. En el Antiguo Testamento, cuando Dios iba a llevar al pueblo para poseer la tierra de Canaán, dijo que el pueblo iba a entrar en la tierra, y habitar en las casas y labrar el campo, pero no iba a expulsar a los habitantes de la tierra hasta que el pueblo pudiera tomar posesión de ella; porque si Dios expulsaba a los habitantes antes de que el pueblo tomara posesión, las bestias del campo tomarían el control. Entonces, conforme va entrando el suministro del río de la gracia, entra la realidad y expulsa toda vanidad. Cuando llegamos al final de este proceso de metabolismo, Dios nos lava, nos purifica mediante la Palabra. Este trabajo del río de gracia es por el lavamiento del agua por la A partir de ahí, podemos entrar en el libro de Colosenses, que no será teórico para nosotros. Cristo es el punto central, la conexión, ese tubo que conecta/comunica ese vaso contigo.
MENSAJE 03.
- En Colosas había un trasfondo de mezcla de culturas y religiones con la filosofía griega. Como ya hemos mencionado, el trasfondo de esta epístola era la mezcla de religiones y culturas de la época, es decir, como el ascetismo, que era una mezcla de religión con filosofía, con fachada de sabiduría, castigando severamente el cuerpo para combatir los deseos de la carne (Colosenses 2:20-23), y también una mezcla de judaísmo con sus ordenanzas y observancias de la ley (Colosenses 16:20-21), con la filosofía griega, en su forma embrionaria del gnosticismo que florecería en el siglo II, el cual defendía que el universo material es imperfecto, por eso hay sufrimientos, y que la única forma de liberarse de la carne sería mediante la gnosis, es decir, un conocimiento intuitivo sobre el espíritu y la naturaleza de la realidad. No es un conocimiento racional, por lo tanto, pocas personas alcanzan este nivel de “espiritualidad”, quienes se jactaban de tener un conocimiento secreto y misterioso (Colosenses 2:8,18,20-23).
- Ellos afirmaban que de Dios procedían diversas emanaciones, como los rayos del sol, que se consideraban entidades espirituales, consideradas como ángeles que debían ser venerados o adorados (Colosenses 2:8,18). Y visto como una más de estas emanaciones, comparándolo con los ángeles, bajo el argumento de que eran más “humildes” y no podían tener contacto directo con Dios, por lo que preferían tener un intermediario, que eran los ángeles. Vemos que este concepto está arraigado en el hombre, hasta el punto de pensar que sólo puede ponerse en contacto con Dios a través de un sacerdote o Pero sólo Jesús es el mediador entre Dios y el hombre. Es una obra maligna que intenta confundir a la iglesia, apartando a Cristo de su protagonismo absoluto en la obra de Dios.
Col 1:1; Hch 28:16; Gal 1:1
- Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, y su hermano Timoteo escriben esta carta a la iglesia de Apóstol significa enviado – Pablo fue enviado de Cristo Jesús por voluntad de Dios. No por su propia voluntad, sino por la voluntad de Dios. Un apóstol debe ser enviado y si no es enviado, no es apóstol. En segundo lugar, no es enviado a su manera, sino por voluntad de Dios. Pablo, el autor de la carta, la escribió durante el primer período de su encarcelamiento en Roma, donde permaneció al menos dos años en su propia casa, que había alquilado, en compañía de la guardia pretoriana (Hch 28,16-31). Durante este periodo, Pablo escribió también Efesios, Filipenses y Filemón. Pablo estaba preso, pero la palabra de Dios no fue encarcelada. Estas cartas que Pablo escribió durante su primer encarcelamiento corresponden al corazón de la Biblia.
- Pablo es apóstol por la voluntad de Dios, presentado claramente en Efesios 1. Apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios: El apóstol no es de los hombres, ni por medio de los hombres, sino por Jesucristo, y por Dios Padre, que lo resucitó de los muertos (Gal. 1:1). Un apóstol no es escogido por los hombres, ni por votación ni por sucesión, ni es un cargo que llega por designación del hombre. El apóstol no puede estar atado a nadie, debe tener libertad para seguir la voluntad de Dios y la dirección de Su palabra.
- En Su sabiduría, Dios no trabaja la iglesia como una entidad religiosa; la iglesia es totalmente diferente a una entidad religiosa organizada por hombres. Dios cuida de ella a nivel de Varios líderes se han puesto en contacto con nosotros y han querido saber cómo funciona la iglesia y la obra entre nosotros. Se los digo y me dicen: “¿sabías que todas las iglesias que están vinculadas a la obra de Dios no tienen ningún contrato o estatuto firmado con nosotros diciendo que, si haces esto y lo otro forma parte de nosotros, porque nuestro estatuto es la Biblia”. ¿Quién obliga a las iglesias a estar atadas a nosotros? Todos los grandes grupos han firmado contratos, tienen vínculos jurídicos y políticos. Pero entre nosotros no existe tal cosa, nuestro vínculo es orgánico; es sólo por Dios mismo. Tanto es así que, si quieres declararte independiente y dejar de seguir la obra, tienes total libertad, pero perderás la bendición. No necesitamos ningún documento para obligar a nadie, pues la Iglesia es de Dios, es espiritual. Dios así lo estableció.
- Dios puso a los apóstoles al frente de la obra (1 Co. 12:28). La iglesia del vs. 28 es el cuerpo de Cristo del vs. 27. En Efesios 1:23 se habla de la iglesia como el cuerpo de Cristo y en 1:18 se dice que Cristo es la Cabeza del cuerpo, la iglesia. Esto es importante entenderlo, porque algunos están enseñando erróneamente diciendo que hay un libro del Hermano W. Nee que enseña que el apóstol, en cada ciudad, levanta la iglesia y establece ancianos (tal como hizo Pablo) y se va; a partir de ahí, el liderazgo recae en los ancianos de esa iglesia y el apóstol nunca más interfiere en ella. Si fuera así, cada iglesia tendría su propia dirección, una obra propia. ¡Eso sería una confusión! Por eso Pablo, en sus epístolas, lo deja claro: la Iglesia, el Cuerpo de Cristo...
Números 9:17-18, 23
- ¿Cómo es que se anda por el desierto con dos millones de personas, como ocurrió con el pueblo de Israel? Si usted, al hacer un viaje con su familia, tiene tantas dificultades y planificación, ¡imagínese hacer caminar a un pueblo numeroso por un desierto! Sólo puede ser el liderazgo de Dios. Gracias a su liderazgo, el pueblo llegó a la buena tierra. ¿Te imaginas que cada tribu de Israel dijera: “tenemos nuestra propia dirección”? Habría doce tribus y doce ¿Qué pasaría? Una tribu saliendo de la formación moriría en el desierto, porque sin la dirección de Dios, muere. La dirección viene de Dios. La nube era una señal para todo el pueblo de que allí estaba la dirección de Dios. La orden de Dios llegó a través de Moisés (v. 23). Las doce tribus caminaban como un solo pueblo y el que daba la dirección era el Señor. Si es palabra del Señor, debe tener confirmación, es decir, Su presencia. Dios prometió a Moisés que Su presencia iría con él y le daría descanso.
2Cor. 10:8; 13:10; 1 Tim. 1:3-4
- Algunos todavía dicen que el apóstol ya no tiene autoridad en la iglesia que fue Pero esto no es verdad. Si alguien está tratando de destruir la iglesia por una enseñanza diferente, el apóstol puede venir con autoridad e interferir en ella. El apóstol tiene autoridad para edificar. La palabra del apóstol produce la obra de Dios en la fe. Hay una dirección en las iglesias, que es a través de Dios, quien usa a los hombres para dar esta dirección. El Espíritu usa hombres (Hch 13,2).
Ef. 3:1-11; 1 Cor. 12:28
- El resultado de la bendición del Padre, que fluye hacia el hombre como el río de la gracia, realiza la voluntad de Dios, que es encabezar todas las cosas en Cristo, porque la creación fue Y esto se hará por medio de la Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todas las cosas. Y un apóstol es el enviado de Dios con la responsabilidad de dispensar la gracia de Dios a través de la palabra profética, con el objetivo de edificar la iglesia y hacer la voluntad de Dios. Pablo escribió a los colosenses mientras estaba en la cárcel romana. Roma encarceló a Pablo, pero él era prisionero de Cristo Jesús. Dispensación (vs 2) es oikonomia – la ejecución del plan de Dios para la iglesia; es la administración de la gracia de Dios. Dios tiene una dispensación muy grande para dispensarse a la iglesia, como gracia. Dios necesita un administrador.
- Para ser el dispensador, Pablo debe ser enviado y recibir la revelación de Dios. En la dispensación de Dios no hay conocimiento teórico ni doctrina, sino Dios El apóstol no tiene contenido propio, el necesita dispensar aquello que Dios le da. Así que Dios tiene que dar la revelación. Puede haber varios apóstoles y nosotros tenemos varios, pero Dios dispensa de una sola fuente – por un apóstol y los otros apóstoles siguen esa misma línea para dispensar en las diversas regiones de la tierra. Según Ap 1:1, Dios dispensó a su siervo Juan y éste a los demás apóstoles, lo que fluye a todos. Un apóstol enviado por Dios tiene la fuerza operante de Su poder (v. 7). En el cristianismo hay muchos con palabras bonitas, pero no tienen esa fuerza operante. Cuando la palabra viene de Dios, tiene fuerza y obra con poder. Dios quiere llenar todos los vacíos de su alma y así encabezarla totalmente, y en la venida de Cristo, alcanzaremos la plenitud de la filiación: la gloria. De este modo, liberaremos a la creación del cautiverio de la corrupción y la encabezaremos en Cristo. El apóstol tiene esta responsabilidad.
1Juan 1:1-3
- Cristo es la palabra misma de vida y esa palabra se manifestó, es práctica, ¿Cómo puedo llevar a ese Cristo a la iglesia? Lo que hemos visto y oído os lo anunciamos a los demás. La palabra de los apóstoles da vida. ¿Cómo nos mantenemos con el apóstol que anunció la palabra de vida a la Iglesia? A través de la palabra – necesitamos recibirla con sencillez y obediencia, y practicarla. Vivir en la inmersión de la palabra profética. Cristo es la conexión: Él viene en forma de palabra. La comunión con el apóstol es la conexión con Cristo y Cristo es la conexión con el Padre.
Hch 16:1-3; 2 Tim 1:5; Hch 14:6-7; Sal 110:3 KJA; 2:6-9
- En el segundo viaje de Pablo, los hermanos de Listra e Iconio dieron buen testimonio de un joven, Timoteo, y Pablo lo llevó consigo (Hch 16,1-3). Era hijo de una creyente judía, Eunice, pero de padre Pablo, en su segunda carta a Timoteo, recuerda la fe no fingida que habitó primero en su abuela Loida y en su madre Eunice (2 Tm 1,5). Probablemente su abuela y su madre se salvaron en el primer viaje de Pablo, en compañía de Bernabé, cuando pasó por Listra y Derbe difundiendo el Evangelio, después de Iconio (Hch 14,6-7). Entre el primer viaje de Pablo y el segundo debieron transcurrir unos 2 ó 3 años. Cuando Timoteo siguió a Pablo en su segundo viaje siendo aún muy joven, es muy posible que su experiencia de fe ocurriera durante su adolescencia. Por esta razón, no debemos despreciar a los adolescentes, que deben ser introducidos en la vida activa de la Iglesia. Preparémoslos, infundámosles fe.
- En el pasado, cuando no teníamos mucha visión, el servicio de los niños funcionaba con alguien que se ocupaba de ellos para que no perturbaran la reunión de la Luego, estos niños crecieron y se convirtieron en adolescentes y actuamos según el mismo principio: “retened a estos adolescentes porque están perturbando la reunión”. ¡Ya no! Tenemos que infundirles fe. Los niños, los adolescentes y los jóvenes son las gotas y el rocío que Dios prometió a Su Hijo para formar un ejército de jóvenes santos en el tiempo de la aurora- en la era final (Sal 110:3 KJA). “Tu pueblo” es la Iglesia y el momento de la convocatoria es la llegada de la aurora. Aunque no es de conocimiento público, porque el día todavía no se ha despejado físicamente, pero ya tiene indicios de que se está despejando, como vemos en la palabra profética, muchas iglesias hoy en día están entrando a luchar por el reino de Dios. Hoy en día, de todas partes surgen niños, preadolescentes, adolescentes y jóvenes como este ejército. Dios necesitó engendrar al Hijo Primogénito en la resurrección para poder dar esta promesa y el Padre dio este numeroso ejército de jóvenes santos (Sal. 2:6-9). Los niños y preadolescentes, no tienen el concepto que tienen los adultos: el adulto va a hacer colportaje, le da un escalofrío en la barriga y, al recibir un “no” cuando pregunta “¿Puedo orar por usted?”, se duele; el niño y el preadolescente, en cambio, por no tener muchos conceptos, al recibir un “no”, pasa a abordar a otros. “¡Vamos a cambiar el chip!”
Hechos 17:14-15
- En Berea, Pablo tuvo que partir para Atenas, dejando allí a Silas y Timoteo (Hch 17,14-15). Finalmente, Silas y Timoteo bajan de Macedonia y se reúnen con Pablo en Corinto (Hch 18,5). Es decir, Timoteo ya ha servido en la obra afrontando todo tipo de sufrimientos y luchas. El joven Timoteo no se rindió, él no se fue. Debemos perfeccionar a más jóvenes para la obra de Dios. Nuestros jóvenes deben participar activamente en la obra, exigiéndoles únicamente complicidad con el apóstol. ¡No desprecien a los jóvenes!
Fil. 2:19-23
- Timoteo siguió de cerca, no sólo la enseñanza de Pablo, sino que también conoció íntimamente la persona de Pablo, su conducta, propósito, fe, paciencia, amor, perseverancia, y siguió de cerca sus persecuciones y sufrimientos (2 Tim. 3:10-12). Ya en su arresto domiciliario en Roma, Pablo no tenía a nadie más digno de confianza para enviar a los filipenses: “pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús […]” (Fil 2,19-23). Esta complicidad es la misma que la de los tres valientes de David (3 de las 30 cabezas que bajaron a la cueva de Adulam) que arriesgaron su vida para atender un suspiro de David, buscando agua en el pozo que está junto a la puerta de Belén, donde acampa la tropa de filisteos (2 Sam 23,13-17; 1Cor 11,17). Si reconoces a alguien como un hombre de Dios, lo que dice debe tener peso para ti; sin embargo, si lo que dice es más bien una opinión para ti, entonces hay algo que falla en tu visión. David era David. Necesitamos conocer el corazón del que está al frente de la obra. Preparemos a nuestros jóvenes y formemos el núcleo energético de la obra de Dios: es un núcleo de donde Dios puede sacar energía para operar en Su obra.
Col 2:2, 5
- La palabra “santos” no debe utilizarse como adjetivo de “hermanos”. Aquellos que han creído en Jesús y en la verdad del evangelio, han sido separados y santificados para Dios. Tienes una posición santa – has sido atado a Dios para que Él pueda santificar tu vida. “A los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas”: la iglesia de Colosas está formada por todos los que han creído y han sido regenerados por el Espíritu que residían en la ciudad. Esta es la unidad práctica que Dios se ha propuesto para la vida de la Iglesia en cada ciudad. Desgraciadamente, a lo largo de los años, el hombre se ha dividido por diferencias en la enseñanza o en la práctica. Por lo tanto, debemos dar la mayor importancia a la Palabra del apóstol que Dios utiliza en cada época para seguir en unidad y unanimidad, con una sola dirección, produciendo la obra única de Dios, la edificación del único Cuerpo de Cristo. Somos muchos miembros, pero tenemos una sola obra del Ministerio: la edificación del Cuerpo de Cristo (Ef. 4:12).Mensaje 3. Prefacio y saludo del Apóstol
- Gracia y paz a vosotros de Dios, nuestro Padre. La paz es el resultado de la gracia. Este río de gracia, cuando nos suple con toda la realidad de Dios, el resultado es Vivías angustiado, ansioso y estresado, pero desde que empezaste a disfrutar de la gracia, a sumergirte en la palabra y a predicar el evangelio, has ganado paz. Y la gracia es Dios haciéndose accesible al hombre por medio del Espíritu como un río, que fluye en cuatro direcciones para alcanzarlo y bendecirlo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo (Ef 1:3). ¡Qué maravillosa es la revelación del Señor!!