1.Dios nos revela que Su palabra realiza la obra. Corresponde a la Iglesia recibirla, a través del canal que Él estableció — los apóstoles — siendo, de hecho, la palabra de Dios. Cuando creemos en ella, el Espíritu realiza la obra divina en nosotros, conforme a Su voluntad (Efesios 1:22-23).
2.Cuando, como Iglesia, creemos en la palabra enviada por Dios, damos lugar para que el Espíritu obre, por medio de nuestra fe, en el avance de esta obra – hacer de Cristo la cabeza de todas las cosas (1 Tesalonicenses. 2:13; Efesios 1:9-10).
3.A partir del año 2020, el Señor, a través de Su profeta, prometió que algo nuevo comenzaría en medio de la aurora. La “aurora” representa el inicio del amanecer, es decir, el preludio de la venida del Señor. Sólo los especialistas, aquellos que viven por la fe y la Palabra, pueden discernir estas primeras señales. Necesitamos estar sensibles a las señales de la venida del Señor (Salmos 110:3).
4.«Cristo murió para liberarnos de la esclavitud del pecado y de la ley. ¡Gracias a Dios, el que está en Cristo Jesús ya no está sujeto a la esclavitud del pecado ni a la ley» (2 Corintios 5:17; Gálatas 2:19- 20) (Alimento Diario, Libro 1, Semana 2, martes, pág. 29).