1.Por la práctica de la ley nadie es justificado. La dispensación de la ley era temporal; con la muerte y resurrección de Cristo, comenzó la dispensación de la fe (Gálatas 3:23-25).
2. Después de la consumación de la obra de Cristo, la única esperanza de Dios es engendrar la Iglesiay establecer Su reino a través de ella. La dispensación de la fe es también la dispensación de la gracia, de la Iglesia y del Espíritu. La gran esperanza de Dios para gobernar la tierra es reinar por medio de Su Iglesia (Hechos 1:2-5).
3. La Iglesia es el reino de Dios en la tierra, la realidad del reino de los cielos. Es Dios quien gobierna la Iglesia. Por el bautismo recibimos el poder del Espíritu Santo y nos convertimos en testigos de Cristo;hemos visto y oído lo que el Espíritu Santo está haciendo en medio de nosotros (Hechos 1:4, 8).
4. La ley solo sirvió de ayo para conducirnos a Cristo, para que en Él fuésemos justificados por la fe. Esto significa que, habiendo venido Cristo, ya no permanecemos sujetos al yugo de la ley, porque somos hijos de Dios por la fe (Gálatas 3:23-27)” (Alimento Diario, Libro 8, Semana 4, Lunes, pág. 59)