INMERSIÓN DIARIA EN LA PALABRA PROFÉTICA Domingo | Basada en los mensajes entregados en la Conferencia Internaciona

  1. Oír las palabras “rhema” es oír el hablar vivo y actual del Señor, que en nuestros días llamamos la “palabra profética”. El que me rechaza y no recibe mis palabras [“rhema”] tiene quien lo juzgue; la misma palabra [“logos”] que he hablado, lo juzgará en el día postrero”. Quien rechace la palabra “rhema”, que da dirección y establece el gobierno de Dios, la propia Palabra, que ya se ha convertido en “logos”, lo juzgará en el último día (Juan 12:47-48). Mensaje 13 (CI-FEB/24)
  2. Jesús ama a la Iglesia; ¡Murió por ella para santificarla y nos está purificando mediante el lavamiento del agua por la palabra! Cuando hacemos la inmersión, inculcamos la palabra dentro de nosotros, hablamos de ella unos con otros y la hacemos circular entre los miembros, ¡ella nos lava y santifica! El Señor tiene como objetivo presentarse a Sí mismo una Iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga, pero santa y sin mancha. El Señor hace esta obra en nosotros. Si amamos la palabra y creemos que puede traer la realidad de Cristo, seremos limpios todo el tiempo. (Efesios 5:27). Mensaje 14 (CI-FEB/24)
  3. El amor de Dios (ágape) tiene el poder de unirnos unos a otros; Es lo que nos une con perfección. Cuanto más recibimos la realidad del amor de Dios a través de la Palabra, más nos adherimos y entrelazamos con nuestros hermanos. Llegará un momento en que seremos inseparables el uno del otro. Cuando Cristo nos llene, seremos llenos de amor (Colosenses 3:14; Efesios 3:17-19). Mensaje 14 (CI-FEB/24)
  4. Vamos a vivir la vida de la iglesia con sencillez y pureza de corazón, sin permitir que algo lo endurezca (Lucas 21:34) (Alimento Diario, Libro 4, Semana 4, lunes, p. 72)

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