INMERSIÓN DIARIA Martes | Mens. 17 – Yo Os He Puesto para que Llevéis Fruto

  1. El Señor es la vid y el Padre es el agricultor. La obra del Señor no es producir una gran organización religiosa, sino una verdadera vid que fruto para Dios. El encabezamiento de Cristo a través de la vid muestra que todo es un organismo vivo. Nuestro Dios es un agricultor, un labrador de la tierra, como un agronegociante que cuida de la tierra, que es el corazón del hombre (Juan 15:1).
  1. Dios no está en un seminario teológico, sino que es práctico, es un agricultor. Él siembra la semilla del reino en los corazones de los hombres. No somos una iglesia entre cuatro paredes, sino que salimos practicando el id, sembrando la semilla del reino en los corazones de los hombres. Dios es un empresario, no un teólogo. Quiere ver producción. Salimos a las calles, predicamos el evangelio, cuidamos de las personas, con el fin de dar fruto para el Señor (Juan 15:1-2).
  1. ¡Sin el Señor Jesús, no podemos hacer nada! Damos fruto porque estamos conectados a la vid. Nosotros, como pámpanos, para dar fruto, debemos permanecer en el Señor a través de Su palabra. Cuando practicamos la inmersión, la palabra es inculcada en nosotros. Cuando la palabra permanece en nosotros, hace que permanezcamos en el Señor y estemos unidos a Él, y todo lo que pidamos nos será dado (Juan 15:3-7).
  1. “Recordemos siempre que la palabra que sale de la boca de Dios es la que hace Su obra. Nada de lo que Dios dice es en vano, porque cada palabra que pronuncia tiene como objetivo cumplir Su propósito (Isaías 55:11) (Alimento Diario, Libro 5, Semana 3, martes, p. 43).

 

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